Cuando uno abre De la Estirpe de Caín, no se encuentra simplemente con un libro de crímenes. Se encuentra con la mirada profunda, casi quirúrgica, de alguien que convivió durante décadas con la muerte, la violencia y el misterio desde dentro: la de un médico forense. José Antonio García-Andrade no solo nos contaba casos escalofriantes; nos hacía caminar con él por escenarios reales, tocando el lado más humano —y más oscuro— de la naturaleza humana.
Un paseo por lo insólito y lo real
A lo largo del libro, García-Andrade recopilaba casos que vivió de primera mano. No hay ficción aquí. Cada historia que narra ocurrió, y detrás de cada cadáver hay un relato de vida truncada, un entorno que condiciona y decisiones —a veces incomprensibles— que lo cambiaron todo.
Uno de los casos más impactantes es el del hombre que asesina a su mujer y a sus hijos antes de quitarse la vida. Lo estremecedor no es sólo el hecho en sí, sino la frialdad con la que lo planea. El autor no se limita a contarnos qué sucedió, sino que reflexiona: ¿qué puede empujar a alguien a destruir lo que más ama? ¿Dónde se rompe la brújula moral?
Otro caso curioso es el de un cadáver hallado en circunstancias confusas, con señales que descolocan a todos… excepto al forense, que descubre la clave en un detalle anatómico que pasa desapercibido para cualquiera sin su experiencia. Momentos como este hacen que el lector valore la importancia del trabajo meticuloso y silencioso que representa la medicina legal.
Más que crónica negra
García-Andrade no buscaba el morbo. Su estilo es cercano, claro y directo, como quien comparte una historia con el respeto que merece lo vivido. En ocasiones, lanza reflexiones sobre la justicia, la psicología del criminal o la fragilidad del alma humana. Otras veces, simplemente deja que los hechos hablen.
El autor nos habla de asesinos que no lo parecen, de víctimas atrapadas por sus circunstancias, y de esa delgada línea que separa lo cotidiano de lo monstruoso. Leerlo es asomarse a lo oscuro, sí, pero también es tratar de comprender.
Un título con peso simbólico
El título no es casual. “De la estirpe de Caín” alude al primer fratricida de la Biblia, y sirve de punto de partida para explorar la gran pregunta del libro: ¿nacen los criminales o se hacen? ¿Dónde empieza la maldad? ¿Y cómo es posible que muchas veces esté tan cerca?
Un autor con oficio
José Antonio García-Andrade fue un referente absoluto en el ámbito de la medicina legal y la psiquiatría forense en España. A lo largo de su carrera realizó más de 4.000 autopsias judiciales e interrogó a cerca de mil criminales, desarrollando una comprensión profunda —y humana— de la mente criminal. Participó en casos tan mediáticos como el de los Marqueses de Urquijo, y fue docente en la Universidad Complutense de Madrid, donde formó a generaciones de profesionales.
Fue también un gran divulgador, con varios libros publicados, en los que supo transmitir con claridad y rigor las complejidades del comportamiento criminal. Su escritura mezclaba el análisis científico con una capacidad innata para conectar con el lector.
Falleció en agosto de 2013, a los 85 años, dejando un legado inmenso tanto en el ámbito forense como en el de la divulgación.
De la Estirpe de Caín es, en definitiva, un libro que atrapa, que inquieta, pero sobre todo, que invita a mirar de frente lo que normalmente preferimos no ver. Y en manos de alguien como García-Andrade, esa mirada se convierte en una experiencia que va mucho más allá de la simple curiosidad.