Como dijo el genial Ortega y Gasset; Romanillos de Medinaceli es «una aldeita náufraga en un mar de espigas» y lo cierto es que el maestro no pudo estar más acertado. Llegamos allí tras kilómetros de carretera desierta, acompañados solamente por la luz del atardecer. La tranquilidad que se respira por aquellos parajes nos evoca épocas pasadas engullidas ya por el olvido. La verdad es que aunque Romanillos es un pueblo pequeño (apenas 88 habitantes censados) tiene multitud de construcciones y restos arqueológicos extendidos por todo su territorio que la hacen sin duda muy apetecible para el viajero curioso.
Desde la iglesia parroquial de San Miguel que une las más puras formas románicas, pasando por el Vía crucis que se extiende a lo largo de las calles del pueblo (que podéis ver en nuestro video) el conjunto de tumbas alto medievales que se localizan en diversos lugares del término (cerca del cementerio local), la visera rocosa de Villa Cadima y la Fuente Vieja situada cerca del pueblo, frente a la ermita de la Virgen de la Soledad, son todos ellos monumentos de un alto valor cultural. Nuestro interés principal sin embargo (debido principalmente a la falta de tiempo) se centró desde un primer instante en el impresionante Vía crucis que se extiende a lo largo de las calles del pueblo, para terminar en una pequeña elevación al lado de la Ermita de la Virgen de la Soledad, llamada Las Hiruelas. Su datación cronológica es dudosa. Aunque se especula con que son del año 1577 pues se conserva una nota de «cargo» en el que se paga; «Al maestro que ha «construido» las cruces del Calvario.» En fin amigos, que sin duda Romanillos merece todo nuestro interés y cariño para preservar tantas joyas de nuestra cultura y debéis conocerla en cuanto tengáis una oportunidad.
Ermita de la Virgen de la Soledad
Este es el video que grabamos en el Vía Crucis, esperamos que os guste, merece mucho la pena verlo en directo os lo podemos asegurar:
