Queremos en esta ocasión que nos acompañéis a un lugar lleno de leyendas y misterios del que todos hemos leído o escuchado algo en alguna ocasión. El pueblo «maldito» de Ochate, como así lo han querido calificar algunos… Un enclave de referencia para todos los que estamos interesados en el mundo de la intriga y lo paranormal. Desde hace bastante tiempo uno de nuestros objetivos era sin duda alguna, visitar esta villa donde la realidad y la ficción parecen mezclarse para envolvernos en un ambiente realmente inquietante. Queríamos comprobar en primera persona si en realidad todo lo que se había escrito sobre este punto reflejaba fielmente los hechos acontecidos o por contra, nos encontrábamos una vez más ante uno de estos lugares marcados por las leyendas, los mitos y la especulación en interés de «algunos», queríamos en definitiva contar escrupulosamente lo que nosotros viviéramos allí.
Situado a 18Km de Vitoria, comenzamos nuestro viaje rumbo a Ochate. El lugar (perteneciente al antiquísimo Condado de Treviño) se encuentra rodeado de pueblos pequeños de una enorme belleza, riqueza histórica y cultural, (San Vicentejo a sólo 4km o Iríruri a poco más de 3Km son buena muestra de esto) aldeas ancladas en el tiempo donde es fácil hacer volar la imaginación para rememorar antiguas batallas o encuentros con legendarias criaturas. Acompañados del silencio que a veces se rompe por el sonido del viento o el balar de las ovejas, decidimos iniciar nuestra aventura en uno de estos pueblos (San Vicentejo) para tomar así aliento y enfrentar, de la mejor manera posible el camino que tenemos que recorrer, conscientes de lo abrupto de un terreno donde tan solo los páramos y algún pequeño arroyo parecen dominarlo todo…
(Esta hermosa imagen del artista Raúl González Coto, refleja fielmente como era el terreno que teníamos por delante)
No ahondaremos demasiado en la historia de Ochate pues como ya hemos comentando es de sobra conocida por todos, presuntos avistamientos de ovnis, epidemias que asolaron la población en varias ocasiones, trágicas muertes de origen desconocido… el listado de desgracias y sucesos anómalos podría resumirse así. El mismo nombre de Ochate supone un verdadero misterio y como podéis comprobar en esta breve reseña, son muchos los significados que se le han querido atribuir a lo largo de su historia:
Goate: (Puerta de arriba) En Euskera: (Puerta del Frío)Otxate: (Puerta de Lobos)Ochate u Oñate: (La Puerta de Gog), personaje bíblico del Apocalipsis de San Juan. Aparece también en otros documentos bajo el nombre de Chochat (1257), Ochaite (s. XVII) o según el documento de la Reja de San Millán (1025) como Gogate, del que dicen que se encontraba enclavado en el distrito de Rigo d’Ivita y tributaba 1 reja al monasterio emilianense.
Comenzamos nuestro trabajo
Día Primero:
Como es nuestra costumbre para evitar sorpresas no deseadas, tratamos de iniciar nuestro trabajo de campo con la luz del día, pero nuestro paseo cultural por la hermosa ciudad de Vitoria, cautivadora y llena de historias apasionantes, la preparación del equipo y como no, el hallazgo de la impresionante ermita de la Purísima Concepción en San Vicentejo, finalmente hacen que hasta bien entrada la noche no lleguemos hasta el punto en donde pensábamos iniciar nuestro trayecto a Ochate. No obstante, a pesar de que la oscuridad parece envolverlo todo, eso no nos detiene, estamos aquí y no nos marcharemos sin intentar llegar esta misma noche…
Con la luz de nuestras linternas y el tenue resplandor de una solitaria farola anclada en la fachada de una de las numerosas viviendas deshabitadas de San Vicentejo, nos echamos nuestros equipos a la espalda y nos disponemos a caminar por un estrecho camino de piedras cuyo destino ciertamente desconocemos. Hemos perdido la perspectiva, la noche arropa ya los montes pero seguimos adelante sin perder el sendero, alumbramos a lo lejos tratando de localizar el único punto de referencia que sabemos que nos guiaría con absoluta precisión hasta nuestro objetivo final… «La Torre de Ochate».
Tras algo más de 2 km de marcha no logramos encontrar ni rastro de la misteriosa atalaya, la distancia que hemos recorrido nos hace dudar a estas alturas de que estemos todavía en el camino correcto y después de recorrer unos pocos metros más descubrimos nuestro error… Hemos llegado al final del camino, una verja de metal nos impide continuar y comprendiendo que en esta ocasión hemos fallado, regresamos al punto de partida. No obstante, nuestro paseo por este sendero no ha sido en balde, ya que lo aprovecharemos posteriormente para calcular mejor las distancias y la dirección de nuestros pasos y de ese modo acertar en nuestra próxima ruta. Regresaremos al día siguiente para buscar el itinerario correcto, aunque desde luego que esa noche tampoco nos iríamos de San Vicentejo y de su hermosa ermita sin realizar antes hacer una serie de pruebas parafónicas cuyos resultados, como ya habéis podido comprobar en el reportaje anterior, fueron realmente impactantes y reveladores.
Llegamos a Ochate
Día Segundo:
Al día siguiente, ya con la claridad revelándonos los caminos, retornamos hacia nuestro objetivo. En esta ocasión todo resulta mucho más sencillo y al poco de iniciar nuestro trayecto avistamos la famosa «Torre-faro» de Ochate. Una vez ubicado este punto, decidimos no obstante, hacer tiempo para de esa manera poder alcanzar nuestra meta a la caída del crepúsculo. Después del descanso y ya con todo nuestro equipo preparado, emprendemos el ascenso, son las 19:00 horas y tenemos aproximadamente cuatro kilómetros por delante antes de alcanzar el pueblo, nuestra vista se fija en esta ocasión en una lejana estructura de color grisáceo que parece vigilarnos desde la lejanía …se trata, como no, de la enigmática Ermita de Burgondo, que parece querer regalarnos también su «especial» y silenciosa bienvenida. Nuestro entusiasmo está al máximo y también nuestro nerviosismo, meses de espera parece que finalmente se van a ver recompensados… Al fin, tras superar una última elevación en el camino nos encontramos, esta vez si, con la imponente figura de la mítica Torre de Ochate.
Por fin hemos llegado, pero un enorme precipicio y un arroyo parecen interponerse entre nosotros y nuestro objetivo, de nuevo los nervios afloran y comenzamos a sentirnos realmente apesadumbrados. Si la noche cae, será imposible encontrar un camino que nos lleve hasta allí. Finalmente, en un último intento, nos arriesgamos a saltar una valla metálica que encontramos en uno de los laterales del terraplén. Tras avanzar unas decenas de metros bordeando la pendiente descubrimos con enorme emoción una «suerte» de atajuelo que parece descender por el barranco justo en dirección al arroyo … Avanzamos ahora con enorme emoción, conscientes de que al fin atravesaremos «la puerta de lobos», tras avanzar unos pocos metros más, descubrimos que justo a través de esa vía podemos finalmente acceder a las ruinas y nos quedamos paralizados al contemplar de pronto, que nos encontramos a los mismos pies de la Torre de San Miguel Arcángel, a 702 metros de altura, dominando la llanura construida hacia el 1240 y cuya piedra blanquecina se empleó, por su claridad, como «faro» para guiar a los caminantes y carruajes que recorrían la comarca hace cientos de años. Por desgracia, en la actualidad no existe ya nada de todo eso, ni un solo rastro de su pasado esplendor, los grafitis y la suciedad parecen ocupar ahora esta hermosa edificación y lo único que nos transmiten hoy estas ruinas son profundos sentimientos de tristeza, abandono y desolación…
En 1964 y dado el pésimo estado de conservación que presentaba la Iglesia de Ochate, su Portada fue trasladada hasta la Iglesia Parroquial de Nuestra Señora de la Asunción de Uzquiano (un pueblo cercano) para ser allí instalada de manera definitiva. No obstante, queremos haceros aquí una pequeña anotación sobre las particularidades arquitectónicas de esta hermosa Portada que sin duda os recomendamos visitéis:
«Está formada por un arco apuntado y baquetonado rodeado de cuatro arquivoltas con la siguiente decoración, partiendo de la inferior: hojas de acanto, baquetón, florones de ocho pétalos de botón central y finos boceles entre mediascañas. Rodea el conjunto una moldura sobre ménsulas similar a la última arquivolta. Las arquivoltas descansan sobre capiteles historiados y con decoración vegetal de talla ya cercana al gótico. Los del lado norte son, partiendo del exterior: la matanza del cerdo, ave descabezada que devora un conejo, tema vegetal y dos arpías coronadas. En los del lado sur podemos ver una cabeza masculina, hojas de acanto, rapaz cazando un pequeño mamífero y otro tema vegetal. En el capitel de la jamba del lado norte se puede ver a un avaro con una rueda de molino colgada del cuello escoltado por dos diablos. En el del lado sur aparece un ángel. Los fustes de todas las columnas son lisos». En las fotografías superiores que os mostramos, obra del fotógrafo Juan Antonio Olañeta podéis apreciar la belleza de esta fachada. Os recomendamos por cierto, la web de este gran artista con una gran cantidad de datos que a buen seguro os van a sorprender.
Iniciamos la investigación
Son las 21.30 horas y la luz del día se despide dando paso a las caprichosas sombras de la oscuridad, vamos a comenzar con nuestro trabajo, lo primero que percibimos es, lamentablemente, que Ochate como pueblo ya no existe. No queda nada en pie, tan sólo la torre, cada vez más inclinada por los años de abandono y a su lado, unas pocas piedras amontonadas restos probablemente de lo que debió ser algún corral o pequeña vivienda…
Decidimos separarnos para tratar de localizar los puntos de mayor interés y realizar así un perimetraje de la zona. Comprobamos el correcto funcionamiento de nuestros walkie talkies, para de ese modo tener la seguridad de podernos comunicar en el supuesto de que surja algún tipo de dificultad. Uno de nosotros decide avanzar hasta los restos que hemos mencionado para adentrarse en lo que queda del presunto corral / vivienda, cámara de vídeo en mano comienza a grabar hasta que en un determinado punto comienza a percibir una extraña sensación, no demasiado fuerte, pero si algo inquietante. De inmediato comenzamos a realizar mediciones tanto del campo electromagnético (que arrojan datos normales) como de la temperatura de ese punto concreto y es en ese momento, cuando surge la sorpresa. A solo unos metros de donde se encuentra nuestra compañera, muy cerca de lo que parecen ser los laterales de aquella derruida estructura, observamos atónitos como nuestro termómetro digital láser desciende bruscamente más de seis grados de temperatura en tan solo unos pocos segundos, iniciamos rápidamente una sesión parafónica lanzando algunas preguntas al aire y desde luego los resultados nos dejan perplejos:
Queremos anotar aquí, que de todas las inclusiones que obtuvimos en esta grabación, existen tres que por su contenido, por la «presunta inteligencia» que parecen demostrar las voces que se escuchan y desde luego por la claridad del audio, realmente nos resultaron impactantes. La primera de ellas, una voz que como «advirtiendo» a sus compañeros de nuestra presencia les dice: «veo gente«… Después, y de manera casi inmediata, se escucha un segundo registro que parece indicar al anterior, a modo de orden un: «que nos graben» (lo cual nos llama poderosamente la atención) y ya para finalizar, la más esclarecedora de todas ellas teniendo en cuenta nuestra ubicación (a solo unas decenas de metros de la Torre de la Iglesia de San Miguel Arcángel) una voz gutural pero ciertamente calmada parece servirnos de «guía turístico», al indicarnos, como si nosotros no conociéramos el lugar: «Era un convento» (ese dato verdaderamente nos resultó muy significativo)
(Como podéis apreciar en esta imagen, la Torre que es la estructura que veis en primer plano, se encontraba muy cerca del lugar de nuestro primer punto de grabación -al fondo-)
Decidimos ahora realizar otra serie de pruebas en el interior de la mítica torre, con un poco de dificultad eso si, ya que la suciedad la invade por completo y el deterioro es más que palpable. Lo que si os podemos asegurar es que a nivel «paranormal» la famosa atalaya no trasmite ya ninguna sensación, a pesar de que los resultados que obtuvimos en su interior a nivel parafónico ciertamente si nos han resultado muy significativos, hemos de ser honestos y decir también que ver el estado en el que se encontraba todo aquello nos produjo una profunda desilusión.
(los cimientos de la torre muestran ya un deterioro ciertamente «preocupante»)
(Al igual que con las parafonías anteriores, de las que obtuvimos en la torre nos gustaría destacar cuatro de ellas. La primera la impresionante voz de mujer que nos indica «Ves al puente» algo muy significativo teniendo en cuenta que para acceder al poblado es necesario «saltar» sobre un arroyo que en tiempos, no dudamos, tuvo que tener un puente para que sus habitantes pudieran acceder con normalidad. La segunda inclusión que nos llamó la atención, es la que dice «Cuídalo o Cuidado«, quizá advirtiéndonos de que permanecer dentro de la torre no es precisamente seguro para la salud física pues el desplome parece inminente y por último también mencionar aquellas dos en las que parecen conminarnos a realizar la grabación «Graben» para pocos segundos después advertirnos de que en realidad son ellos los que nos están «grabando» a nosotros…»Ya te grabé«.)
Respecto a la famosa «Leyenda negra» de Ochate, no vamos a poner en tela de juicio si todo lo que se cuenta de este lugar es realidad o no, respetamos todas las opiniones e investigaciones de cada una de las personas que han pasado por aquí, debemos decir sin embargo, que a día de hoy y más allá de los registros parafónicos que hemos obtenido, la «aldea maldita» ha perdido para nosotros todo su halo de misterio… no dudamos de que algunos de los casos que se cuentan hayan ocurrido realmente, aunque solo hemos podido contrastar tres de ellos los cuales, en su momento, ocuparon espacio en diferentes medios de difusión de la época y ahora os reseñamos aquí cronológicamente:
1- El 28 de Enero de 1936, se presenta en el retén municipal de Miranda de Ebro el pastor Jacinto Ramírez, manifestando haber dado muerte en Ochate a otro pastor llamado Valeriano Trincado. Confiesa haberle herido con una escopeta para posteriormente golpearle hasta la muerte en uno de los corrales que ambos pastores compartían. (El diario ABC se hace eco de esta noticia)
2- El 28 de Junio de 1983, la Ermita de Burgondo (de la que hablaremos en el próximo artículo en profundidad) sufre un terrible incendio, al parecer provocado, que la destruye prácticamente en su totalidad. (El diario ABC publica el lamentable suceso)
3- Otro de los más trágicos acontecimientos que hemos podido contrastar es el suicidio del investigador Alberto Fernández en 1987. Este investigador formaba parte de uno de los grupos que con mayor profundidad habían estudiado por entonces el pueblo de Ochate y estaba convencido de que este lugar era algo así como una «puerta inter-dimensional». El periodista, Iker Jiménez, reseñaba el triste suceso en uno de sus libros más populares, «Enigmas Sin Resolver». Nosotros, tal y como hemos mencionado en el anterior artículo, obtuvimos también una inclusión parafónica realmente reveladora y que presuntamente hacía referencia precisamente a este triste suceso…
Pero más allá de estos casos, nada hemos podido encontrar con un mínimo de rigor que apunte a otro tipo de «acontecimientos anómalos», ni tan siquiera las tan mencionadas «epidemias» pueden documentarse, pues a nivel local o episcopal ningún escrito oficial las avala o certifica. De lo que sí hemos podido disfrutar, es de un maravilloso cielo infinito e inundado de estrellas que nos permitió gozar durante unas horas de uno de los espectáculos más hermosos del universo.
El aislamiento, el olvido y sobre todo la dejadez de las administraciones municipales, han transformado hoy a Ochate en un lugar de «reunión» para jóvenes que vienen hasta aquí a celebrar sus fiestas y acampadas en torno al alcohol y la música, de hecho, nosotros mismos fuimos testigos de uno de estos «festejos»… y hasta pudimos sonreírnos cuando ya muy avanzada la madrugada y presos de un nivel de alcohol en sangre memorable, varios muchachos jugaban entre ellos a ser fantasmas envueltos en sábanas blancas, bailando, gritando y llamándonos, imitando una suerte de «lamentos fantasmales” con la intención, o eso imaginamos, de meternos el miedo en el cuerpo… Ciertamente da mucha tristeza observar como se puede olvidar la historia y el respeto que uno debe tener en estos lugares y como estos jóvenes, obviamente desconocedores de las posibles consecuencias que sus acciones pueden tener (no hablamos de las consecuencias a nivel paranormal, sino del más común de los accidentes por imprudencia) bromean de esa manera en lugares como este. Sólo el viento y el silencio son conocedores de verdaderos secretos y enigmas de esta villa y puede que algún día se decidan a desvelárnoslos, la noche alcanza ya su cenit y debemos continuar con nuestra labor, dejamos atrás Ochate para avanzar ahora por la oscuridad del sendero que nos lleva hasta la recóndita Ermita de Nuestra Señora de Burgondo, muchas sorpresas nos esperarían en ese lugar, pero eso amigos…es otra historia.
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