Y es que si miramos atrás en el tiempo, nos damos cuenta de que son varios los recintos hospitalarios por los que hemos paseado en vuestra compañía, el Sanatorio de La Marina, El Tórax, Cesuras, y ahora este que os presentamos aquí. Pero quizá este tiene algo especial, una energía bien distinta a todos los demás, algo mágico si quiere decirse que lo diferencia del resto. Porque en cada pasillo, en cada estancia de este lugar, el visitante tiene una sensación inequívoca de que no camina solo, de estar siendo observado a cada instante y eso amigos nunca nos había pasado en ninguno de los otros sanatorios que hemos visitado o al menos, no con tanta intensidad. Esta es la crónica de nuestra visita a uno de los lugares más «enigmáticos» y «legendarios» de nuestra geografía misteriosa, un enclave lleno de leyendas e historias que nos llevarán más allá de la vida y la muerte, este amigos es el Sanatorio de Agramonte, aventuraros pues una vez más a caminar junto a nosotros y ser como siempre bienvenidos:
Tras bendecir los terrenos y proceder a la realización de una misa con todos los presentes, se celebra el acto oficial de apertura. Uno de los centros más punteros de la época iniciaba así su particular lucha contra una de las más terribles plagas conocidas…la tuberculosis. Fueron miles las personas atendidas allí de este fatídico mal hasta 1978, año en el que Agramonte cerró sus puertas de manera definitiva, la gran mayoría pudo salvar su vida pero otros muchos no lo consiguieron…
La tarde comienza a caer y el primer lugar que queremos conocer ya se adivina frente a nosotros. Agramonte, uno de los sanatorios antituberculosos más grandes que se construyeron y que ahora, pese a los distintos proyectos de recuperación que se han querido llevar a cabo allí, yace en el olvido. Lo cierto es que lo primero que nos llama la atención es que a diferencia de otros sanatorios, aislados por completo de la civilización, este se encuentra muy cerca de una zona de ocio del parque natural del Moncayo, decenas de personas se encuentran por allí paseando y disfrutando de este paraje único y hermoso e incluso existe una zona de «merendero» donde podemos ver a varios niños corretear con sus familias. Sin embargo, a medida que nos aproximamos a la entrada del recinto hospitalario…todo va quedando en silencio.
Tras comprobar y verificar que todo el equipo está en perfecto estado comenzamos nuestra investigación hacia la primera de las zonas del sanatorio. Apenas hemos avanzado unos metros cuando observamos como dos personas (dos chicos) se aproximan hacía nosotros, evidentemente se nota que estamos en uno de esos lugares «conocidos» por todos los amantes del misterio y resulta prácticamente imposible no coincidir con alguna persona aquí. Tras hacer las correspondientes presentaciones Pablo y Ale se prestan a acompañarnos por el sanatorio (más tarde se uniría a nosotros la pareja de uno de ellos, Ángela, a la que desde aquí le enviamos también un cariñoso abrazo). Resultan ser grandes conocedores de la zona y del sanatorio y sin duda hemos tenido mucha suerte en dar con ellos. Con estos dos guías excepcionales al frente vamos avanzando ahora hacia el corazón del gigante.
Nada más acceder al interior, nuestros dispositivos EMF (medidores de campos electromagnéticos) comienzan a ofrecernos variaciones realmente significativas (de entre 10 y 20 Mili gauss) las cuales no son compatibles en absoluto con la zona donde nos encontramos. (Libre absolutamente de cualquier «energía» eléctrica o de cualquier otro tipo que pudiera alterarlos de esa manera) Parece claro que la investigación va a ser intensa. De inmediato activamos las grabadoras y comenzamos la primera sesión parafónica, las respuestas no se hacen esperar…
Algunas habitaciones, pequeñas salas tipo almacén y algún presumible «laboratorio» son las primeras estancias que podemos ver, aunque lo cierto es que su estado es tan lamentable que resulta muy complicado adivinar cual fue su uso concreto.
De camino hacia los pisos superiores observamos también continuas fluctuaciones en la temperatura, algunas realmente tan severas que nos llaman la atención, sin embargo, es al llegar a la antigua capilla cuando todos nosotros nos quedamos realmente impactados. El ambiente allí resulta ciertamente «cargado», es evidente que con mayor o menor fortuna se han realizado allí rituales de alguna clase, velas en el suelo, restos de alguna hoguera y toda una suerte de «simbología esotérica» dejan clara esa intención. Es en esta sala también donde nuestros termómetros láser vuelven a registrar una bajada brusca e inexplicable de temperatura. Obviamente realizamos allí también otra sesión parafónica aunque en este caso no pudimos obtener nada destacable.
Tras permanecer durante varios minutos más en esta sala y observar que todo continuaba en calma, decidimos continuar hacia las plantas superiores en busca de una de las zonas más emblemáticas y con más actividad de este centro. Las terrazas, el lugar donde centenares de pacientes pasaban su día a día en este hospital tratando de superar la enfermedad que les atenazaba y donde muchos de ellos vieron la luz del día por última vez. Sin embargo, antes de llegar a este punto atravesamos varias salas más, algunas habitaciones, salas de reanimación y un quirófano donde para nuestra sorpresa se produciría una de las experiencias más intensas de cuantas hemos vivido en estos últimos años.
Hemos de resaltar, que a lo largo de todo nuestro periplo por los pasillos y escaleras del sanatorio, nuestros dispositivos medidores de campos electromagnéticos (EMF) y nuestros termómetros no dejaron de fluctuar un solo instante de manera muy destacable, pero al adentrarnos en el mencionado quirófano nada nos hacía prever lo que iba a suceder, cinco personas seríamos testigos de algo realmente asombroso…
Cabe mencionar no obstante, que tras atravesar las puertas de aquella sala, la primera impresión que nos llevamos fue de absoluta tranquilidad. Sin embargo, decidimos realizar allí una nueva sesión parafónica y fue justo en ese momento, al iniciar dicha experimentación, cuando aquella estancia cobró vida «literalmente» hablando. Nuestros guías, Pablo, Ale y más tarde Ángela también, no podían salir del asombro ante lo que comenzó a suceder allí y lo cierto es que nosotros tampoco. Fuera lo que fuera, parecía claro que allí, con nosotros, había «algo» que tenía sin ningún género de duda la clara intención de interactuar con nosotros y lo hizo, durante nada más y nada menos que casi ¡diez minutos!
Durante todo ese tiempo, aquella llamémosle «entidad» respondió a nuestras preguntas haciendo gala de una variada y enérgica gama de fenómenos anómalos, «interferencias» continuas en nuestros walkies, bajadas de temperaturas de más de quince grados en apenas unos segundos y en apenas unos centímetros de espacio, variaciones electromagnéticas que se producían en el momento exacto de realizar nuestras preguntas y desde luego las sensaciones físicas y sensoriales que todos y cada uno de nosotros llegamos a percibir, por momentos, más de uno de los allí presentes tuvimos la firme convicción de que «aquello», fuera lo que fuese, nos estaba tocando, acariciando o incluso sujetando con firmeza nuestros brazos o manos. Ciertamente resultó ser una experiencia impactante y de las más intensas de cuantas hemos vivido hasta la fecha.
Para que podáis haceros una idea de hasta que grado de interactividad pudimos llegar con aquella presunta «entidad», os dejamos aquí un breve resumen de las respuestas más destacadas de cuantas obtuvimos en aquella prolongada sesión:
PREGUNTA 1: ¿Hay alguna entidad aquí con nosotros en este momento? RESPUESTA: Queda registrada en una de nuestras grabadoras un ruido como de «arrastre» que ninguno de los allí presentes pudimos percibir en ese momento….
PREGUNTA 2: ¿Podemos ayudaros de alguna forma? RESPUESTA: Una voz masculina nos deja claro que ayudarles no sería agradable ni sencillo…
PREGUNTA 3: ¿Queréis darnos algún mensaje? RESPUESTA: Una voz de tono femenino muy rápida nos lo deja muy claro….
PREGUNTA 4: Nuestra amiga Ángela, ya estuvo aquí antes, ¿tenéis algún mensaje para ella? RESPUESTA: Una voz de tono femenino y casi como asombrada por nuestra pregunta, responde a nuestra compañera (hemos de decir no obstante, que en principio para Ángela, lo que quedó registrado en ese instante no guarda ninguna relación con ella. Aún así, debido a la contundencia y claridad de la respuesta hemos decidido incluirla en este resumen)…
PREGUNTA 5: Estaremos aquí todavía un buen rato si queréis decirnos algo ahora es el momento… RESPUESTA(S): Las dos inclusiones que quedaron registradas en este momento (ambas prácticamente seguidas) son quizá las más aterradoras de las que obtuvimos aquél día. Así pues advertimos de antemano que si sois sensibles es mejor que no las escuchéis….Ambas además, nos dejaron muy claro lo que debíamos hacer en aquel momento:
AUDIO 3 (ENTRAR….NO) Dos voces muy rápidas, de lo que parecen ser dos entidades diferentes, parecen contradecirse en su mensaje. Después de nuestra pregunta, una de ellas (apariencia masculina) parece invitarnos a permanecer allí, mientras que otra (de tono mucho más infantil) no se muestra nada conforme con nuestra ayuda. Son algo más «débiles» que las anteriores, pero aún así nos resultaron muy interesantes.
Como ya hemos mencionado, precisamente en este lugar era donde los pacientes del sanatorio pasaban la mayor parte del día tomando ese «aire» que tanto necesitaban, por lo que la inclusión no pudo ser mas relevante para nosotros, incluso el tono de la voz parece indicarnos que se trata de alguien con algún tipo de enfermedad «pulmonar».