• DIVULGADORES MISTERIO
  • DESPAREJADOS
  • WELLTHY111
Grupo Alpha
  • INICIO
  • QUIENES SOMOS
  • ACTUALIDAD E INVESTIGACION
  • MITOS Y LEYENDAS
  • HISTORIA Y CIENCIA
  • PERFILES Y BIBLIOTECA ALPHA
  • CONTACTO
No Result
View All Result
  • INICIO
  • QUIENES SOMOS
  • ACTUALIDAD E INVESTIGACION
  • MITOS Y LEYENDAS
  • HISTORIA Y CIENCIA
  • PERFILES Y BIBLIOTECA ALPHA
  • CONTACTO
No Result
View All Result
Grupo Alpha
No Result
View All Result
Home ACTUALIDAD E INVESTIGACIÓN

La Ruta del matamendigos 5

Enfermo o Endemoniado

Juan Maria y Dani by Juan Maria y Dani
marzo 1, 2025
in ACTUALIDAD E INVESTIGACIÓN
0
La Ruta del matamendigos 5
219
SHARES
1.7k
VIEWS
Share on FacebookShare on Twitter
“Ciertos estados obsesivos se desarrollan en la psique del enfermo a través de un sistema secundario de personalidad que lleva una vida emancipada de su voluntad, lo que hace que el individuo afectado pierda el dominio de sí mismo y asuma su parte demoníaca. Es un proceso de coacción que el individuo realiza en contra de su voluntad”
Juan José Bonilla   “La maldición de Tréveris” (Las más alucinantes historias de fantasmas y del más allá)

En este último apartado de nuestro trabajo vamos a tratar de analizar el perfil de «el matamendigos” desde una perspectiva tanto racional (la enfermedad que se le diagnosticó) como espiritual (posibilidad de que sus actos pudieran estar inducidos por algún tipo de influencia de carácter maligno). Intentaremos realizar el planteamiento sin tomar partido por ninguna de las dos opciones y esperamos que con ello se abra un debate tan interesante como el que ya hemos tenido en los capítulos anteriores. Para ponernos “en situación”, vamos a recordar de forma rápida con un vídeo que hemos preparado, su periplo criminal, esperamos sinceramente que os guste.  Hasta la fecha, este ha sido el proyecto que más tiempo de trabajo nos ha ocupado y os podemos garantizar que hemos tenido momentos en los que nos ha alcanzado una sensación de “carga”, como si la identidad del personaje se nos estuviera pegando a la piel. Las palabras de José Ovejero en el prólogo de “El libro del descenso a los infiernos” describen perfectamente esta sensación: “El hombre, el héroe ingenuo, el loco, el desesperado que se asoma a las zonas más oscuras y ocultas del subconsciente irremediablemente se deja en el viaje jirones de la propia piel.”
 

El 1 de marzo de 1996, la Sección Penal de la Audiencia Provincial de Madrid hacía pública la sentencia por la que tras declarar a Francisco García Escalero, autor de once asesinatos, una agresión sexual y un delito de lesiones, le consideró penalmente no responsable al aplicarle la eximente completa de enajenación mental, ordenando su internamiento en el hospital psiquiátrico de Fontcalent (Alicante) y solicitando de la dirección de este centro que le aplicara un tratamiento médico adecuado a su mal, informando cada seis meses de la evolución del enfermo. La absolución se razonará tal y como os contaremos más adelante al considerar que “Los trastornos que padece (esquizofrenia, manía depresiva y otras diversas patologías que son paradigma de locura como el alcoholismo crónico y la necrofilia) son de suficiente entidad como para anular sus capacidades intelectivas y volitivas”. Queremos también aclarar que la absolución por aplicación de una eximente completa de enajenación mental no es un hecho habitual, si damos un repaso rápido por la lista más representativa de los asesinos seriales de España nos encontramos por ejemplo:
 
Manuel Blanco Romasanta, «El Hombre Lobo de Allariz» 

En la sentencia de 6 de abril de 1853 se establecía expresamente que ni estaba loco ni era idiota o maníaco, por lo que se le sentenció a morir “agarrotado” y a pagar una multa de 1000 reales por víctima. Posteriormente Isabel II le conmutó la pena por cadena perpetua.

 

Juan Díaz de Garayo, «El Sacamantecas»  Fue ahorcado en 1881.

Manuel Delgado Villegas, “El Arropiero” 

Condenado como autor de 8 asesinatos, aunque confesó haber cometido 47 entre 1964 y 1971. A Manuel Delgado no se le llegó a juzgar, estaba diagnosticado como mentalmente desequilibrado y la Audiencia Nacional ordenó en 1978 su internamiento en el Hospital Psiquiátrico Penitenciario de Carabanchel, en régimen carcelario y a perpetuidad. (Directamente a través de un Auto, sin Sentencia) Con anterioridad se le había mantenido seis años encarcelado, entre 1971 y 1977, sin ser legalmente juzgado ni culpado y sin que se le nombrara abogado defensor hasta que se determinó su internamiento. Técnicamente hablando el encausamiento de «el arropiero» fue un verdadero caos, hasta el punto de que incluso la Audiencia Nacional, en el año 1992 declaró que «La aplicación de la reclusión a perpetuidad que pesaba sobre Manuel Delgado viola completamente la Constitución y los más elementales derechos humanos»
 
(Una de las últimas imágenes de Manuel Delgado Villegas, «El Arropiero», extraída de la entrevista que el programa de RTVE «Dossier 21» le realizó en 1993 y que podéis ver íntegramente AQUÍ)

José Antonio Rodríguez Vega, “El Mataviejas” 

Abusó sexualmente y mató a 16 ancianas en Cantabria, entre 1987 y 1988. Se le condenó a 440 años de prisión y murió apuñalado en la cárcel de Topas, Salamanca.
 
José Ignacio Orduña, «El Asesino de Lesseps” 

Mató a tres ancianas entre 1978 y 1979 en Barcelona. Se le condenó en 1982 a 86 años once meses y 13 días de cárcel.
 
Remedios Sánchez Sánchez, “la Reme” 

Asesinó a tres ancianas a lo largo del verano del año 2006 y trató de matar a otras cinco. El Tribunal que la juzgó descartó categóricamente que sufriera ningún trastorno de personalidad ni enfermedad mental alguna. Fue condenada a 144 años y 7 meses de prisión.
 
Joaquín Ferrándiz Ventura, «El Asesino de Prostitutas” 

Violó y estranguló a cinco mujeres en Castellón (Benicàssim), en 1995. Condenado a 69 años de prisión. Él trató de alegar que tras la ingesta en grandes cantidades de alcohol, una fuerza le llevaba a cometer estos crímenes. Pero aquí sus alegaciones no prosperaron.
 
Gustavo Romero Tercero, “El Asesino de Valdepeñas” 

Asesinó a tres personas en 1998, se le impuso una condena de 30 años.
 
Gilbert Chamba Jaramillo, «El Monstruo de Machala”  

Violó y asesinó en noviembre de 2004 a María Isabel Bascuñana, en Lleida. Condenado a 45 años de prisión. En Ecuador, su país natal ya había violado y estrangulado a otras ocho mujeres entre 1988 y 1993.
 
Margarita Sánchez Gutiérrez, “La Viuda Negra” 

Siete envenenamientos entre 1992 y 1995, cuatro de sus víctimas fallecieron. No se pudo probar que apareciera cianamida en los cadáveres, por lo que no se la inculpó por asesinato pero sí se acreditó que las gravísimas lesiones de los supervivientes derivaran del envenenamiento y se la condeno a 34 años de cárcel.
 
Manuel Lorenzo Vázquez y Jesús Vela Martínez, los policías asesinos del “crimen de Nigrán” 

El secuestro que planearon se les fue de las manos y acabaron asesinando a cuatro personas. Condenados a doscientos doce años, cinco meses y un día de cárcel cada uno de ellos.
 
Alfredo Galán Sotillo, «El Asesino de la baraja” 

Asesinó a 6 personas entre los meses de enero y marzo de 2003. Condenado por ello a 142 años y tres meses de prisión. 
De seguro alguno más se nos ha quedado en el tintero (recordamos también a José Cintabelde, 1890 y a José María Jarabo 1958, ambos fueron ejecutados por sus crímenes) pero como podéis ver, para llegar a nuestra primera conclusión; «Es realmente excepcional que un Tribunal absuelva a un asesino por considerarle completamente loco” los ejemplos mencionados son más que suficientes.
 
 

El diagnóstico “oficial”: esquizofrenia. Psicótico. Asesino desorganizado

 
“¿Matar? Pues no, no es fácil. Pues porque había algunas víctimas que no se morían así, al momento. Las tenía que dar más.” Francisco García Escalero
 
En el Fundamento de Derecho Sexto de la Sentencia, se justifica la aplicación de la eximente de enajenación mental a Francisco de la siguiente manera:

“Los informes de los peritos y en especial de los médicos forenses obrantes en autos en folios 1501 a 1540, aceptados por todas la partes y también por la Sala debido a su profundidad y rigor han sido categóricos. El procesado presenta una psicopatología compleja, es un enfermo mental con un diagnóstico múltiple: esquizofrenia como paradigma de la locura, alcoholismo crónico y necrofilia…..
Es de destacar la esquizofrenia que se manifiesta en trastornos de la percepción: alucinaciones que le llevan a elaboraciones delirantes y en concreto a alucinaciones auditivas. Francisco creía oír voces imperativas que le decían lo que tenía que hacer y le obligaban a ello, a través de impulsos violentos que le llevaban a ejecutar de forma irreflexiva las órdenes que él creía recibir. Esos impulsos surgen con más intensidad y están favorecidos por el consumo excesivo de alcohol y por las sustancias psicotrópicas como el Rohypnol, produciéndose así una mezcla explosiva. El sujeto también se relacionaba mejor con los objetos que con las personas y en este sentido se encuadran sus relaciones de necrofilia».

(Imagen extraída dehttps://commons.wikimedia.org/   bajo licencia gratuita)

 

A García Escalero se le ha encuadrado en la categoría de los “psicóticos”, que no psicópatas. La diferencia es importante, estamos hablando de una persona enferma con graves problemas mentales en un caso y en el otro de una persona aparentemente normal, fría y calculadora y con conciencia de sus actos. En la mente del psicótico todo es confusión, desorden y esto normalmente se ve reflejado en la escena del crimen. Suelen ser personas con unas características precarias tanto en su vida personal como social y de violencia extrema y descontrolada. La característica principal que hace diferenciar al psicótico del resto de asesinos, es que nos encontramos ante un enfermo. La pérdida del contacto con la realidad es lo que genera sus acciones incontroladas y fuera de todo sentido común. Su percepción de las cosas y de lo que sucede a su alrededor se ve de tal forma alterada que su reacciones se ven condicionadas hasta el extremo de que nada ni nadie puede sacarle del error en que se encuentra. Los psicóticos generalmente acaban en esta condición por causas externas, lo más común, como fue en este caso es que se llegue a ese estado por el consumo masivo de alcohol y/o drogas. Suelen tener una zona de actuación en la que se desenvuelven (en este aspecto así fue también con Francisco que como os contamos en el vídeo ejecutó la mayor parte de sus actos en el eje Arturo Soria- Alcalá -Ventas – Parque de las Avenidas) ya que fuera de ese radio de acción los psicóticos quedan sin puntos de referencia. Como asesino, se le encuadró en el tipo “desorganizado” aunque nosotros discrepamos hasta cierto punto de ese perfil, ya que sus actos siguieron un patrón reiterativo más similar a un psicópata que a un asesino caótico y desorganizado. De los 10 crímenes cometidos (11 si incluimos el primero, el de Paula) en 4 decapita a sus víctimas y en uno (Ángel Heredero) intenta hacerlo. En 8 de ellos, aplasta la cabeza con una pedrada. En 7 de ellos apuñala a las víctimas. En 6 les prende fuego… Un patrón de actuación aunque fuera tosco, parecía existir, no todo era aleatorio e improvisado. Aunque sus actos los ejecutara fruto de las voces que decía escuchar y a pesar de que insistía en no recordar lo que sucedía cuando mataba, en esos momentos, su mente ya fuera consciente o inconscientemente seguía un guion concreto. Y realizaba actos destinados a la ocultación del crimen, aunque fueran de carácter básico (quemaba los cadáveres, los arrojaba a un pozo, les seccionaba los pulpejos de las manos…) De Francisco también se dijo que ejecutaba sus actos en “cortocircuito”, a ese respecto él mismo declaró:  “Que una furia se le subía a la cabeza”. Los forenses que concurrieron al juicio explicaron que se trataba de impulsos violentos, que surgían sin apenas elaboración y que no le generaban sentimientos de piedad, culpa o arrepentimiento. Sin embargo, al menos en el primer asesinato que se le atribuyó esto no fue así. A Mario Román González lo mató en agosto de 1987 y cuando fue a la gasolinera cercana al cementerio de la Almudena a comprar whisky, compró también gasolina. No cabe pensar que fuera para calentarse ya que se encontraban en pleno verano. No había iniciado todavía su “ritual” toxico combinando alcohol y pastillas, para situarse en ese estado alterado de conciencia en el que dejaba abierta la puerta a la locura. Pensamos pues que sabía lo que hacía. Esta opinión, además, no es exclusivamente nuestra. Como ya os contamos, Jesús Quintero, tras entrevistarlo en su programa “Cuerda de presos” comentó también, que tuvo la sensación de haberse enfrentado al mismísimo Aníbal Lecter y que no le había quedado claro si era un tarado o por el contrario un genio criminal capaz de asesinar a catorce personas a lo largo de seis años, sin dejar huella y sin que la policía se fijara en él. Aún más, en uno de los primeros artículos que fue publicado en «El País» cuando efectuaba la crónica de la primera confesión de Escalero, que tuvo lugar el 22 de diciembre de 1993, se hacía constar: “Al acabar, el abogado, un policía y un psiquiatra fueron a tomarse una cerveza y el letrado preguntó, ¿es inimputable? La respuesta del psiquiatra fue clara: No tengo categoría para definirle».

 
(Cementerio de la Almudena en la actualidad)
 
Y por último, su perfil necrófilo. El vocablo “necrofilia” se ha aplicado tradicionalmente a dos tipos de fenómenos; la necrofilia sexual , es decir, el deseo de tener coito o cualquier otro tipo de contacto sexual con un cadáver y la necrofilia no sexual, consistente en el deseo de manipular, estar cerca o contemplar muertos, y muy especialmente, el deseo de desmembrarlos. Resulta curioso que la mejor explicación al respecto la diera el propio “Matamendigos”. Por encima de las interpretaciones de médicos y forenses, sus palabras tienen una contundencia aterradora: 
 
“Tengo trastornos como de asesinato; por ejemplo, si entro en una iglesia y llevo un machete y hay una mujer, pues me da por cortarle la cabeza. Y es que yo ya no siento apetito sexual ni con vivas ni con muertas, ni que vaya con travestis ni nada, ya no puedo hacer nada». 
 

Los forenses depusieron en juicio que el trastorno necrofílico derivaba de su incapacidad de relacionarse con personas, solo con objetos. Pero Escalero había llegado aún más allá, se había convertido en una “carcasa sin alma”, incapaz de sentir afecto, empatía, piedad o arrepentimiento. Para Escalero la ingesta de alcohol y flunitracepam suponía abrir la puerta a su subconsciente, en el que tras haberse superado una primera fase de degradación de su sexualidad, habitaba ya solo una idea, la pasión por destruir cualquier estructura viva…

 
(Imagen del corcho resumen que empleamos nosotros para seguir el rastro de los crímenes de El Matamendigos)

 

En la mente del asesino ¿Pudo haber sido Francisco Escalero poseído?

Nos llama tremendamente la atención como dos personas en principio tan distintas (y tan admiradas por nosotros), como son Francisco Pérez Abellán y José Antonio Fortea Cucurull, explican el proceso de degradación de la mente de un psicótico de la misma forma aunque utilizando una perspectiva diferente, la racional en el primer caso , la espiritual en el segundo. Fijaos en ello:
 
Francisco Pérez Abellán: “El arrebato salvaje del Matamendigos es tan pulsión sexual y golpe de ira como el mordisco con el que Ted Bundy firmaba sus obras, la extracción brutal del útero que practicaba Chikatilo, o el paso por la sartén de la novia de Zepeda. En ese proceso evolutivo de degradación y oscurecimiento de la personalidad que implica adentrarse por este camino tortuoso, algunos de ellos, los menos, pierden el juicio y se convierten en completos psicóticos”. Psicopatología extrema en los anales del crimen.
 

José Antonio Fortea Cucurull: “Ante todo hay que tener clara la distinción entre desorden mental y pecado. En el mal moral una persona opta por hacer el mal. En la patología mental la capacidad de raciocinio se ve alterada y la mente llega a conclusiones erróneas. La distinción entre ambas realidades es nítida y clara, pero el problema comienza cuando el mal, llevado a sus peores extremos, acaba por deformar a la razón. La razón se ve lentamente deformada por la voluntad hasta que al final los razonamientos de la mente están oscurecidos y degradados. La persona acaba firmemente convencida de que está haciendo lo que debe, o de que es inocente». Tratado de demonología, manual de exorcistas.

(Imagen de la Catedral Nueva de Vitoria-Gasteiz autor: Zarateman)


Centrémonos en el subrayado, mismo proceso, mismas conclusiones, simplemente diferente enfoque. Y ahora revisemos juntos ese proceso de degradación revisando en orden cronológico algunas de las declaraciones del propio Matamendigos: (datos obtenidos del artículo publicado por Jan Martínez Ahrens el 10 de junio de 1994 en el periódico “El País”)

 
«No era como los demás, hacía cosas que no estaban bien. No me gustaba estar con la gente, me gustaba ir a sitios solitarios y se me pasaba la idea de matarme… De pequeño también me ponía delante de los coches… A los 12 años me atropelló uno» – (infancia)
«Ya tenía ideas raras, paseaba por las noches con un cuchillo. Me gustaba entrar en casas abandonadas y no sé por qué. Miraba por las ventanas de los pisos para ver a las mujeres y a las parejas de novios. Me masturbaba.” – (adolescencia)
«Cogía los pájaros y animales muertos que me encontraba y me los llevaba a la celda, me sentía más a gusto». (cárcel, juventud)

«Iba por la calle como si no existiese, no chocaba con la gente, era como si no tuviera cuerpo».
“Me miraba a los espejos, como si no fuera yo, no me reconocía. Llegué a pensar que podría ser un espíritu, otra persona que se había metido en mí «.
«Oía voces interiores, me llamaban, que hiciese cosas, cosas raras, que tenía que matar, que tenía que ir a los cementerios».
“Ahora me siento con la mente en blanco, como si estuviera muerto»
(De vuelta a la libertad, asesinatos)
«A uno le corté la cabeza y a otro le saqué el corazón. Y mordí un trozo».-» ¿Y qué sentiste en ese momento? -«No sentía nada» (Degradación absoluta de su conciencia, asesinato de Juan Cámara) 
 
Una de las preguntas habituales que se formulan a los exorcistas es la de si los asesinos en serie son posesos. La respuesta que el padre Fortea nos ofrece a esta cuestión es clara, la mayor parte son enfermos mentales, otros ni son enfermos ni son posesos y solo una mínima parte son posesos. El criterio de distinción es muy difícil, pero normalmente la descripción de los crímenes cometidos en estado de posesión coinciden en indicar que los hechos comienzan de forma consciente hasta que el agresor entra en un frenesí en el que deja de ser consciente de sus actos En este punto, la conducta de «El Matamendigos» si podría ser compatible con la posesión. El poseso en los episodios agudos de manifestación de su ira llega a perder la conciencia y cuando vuelve en si recuerda poco o nada. Pero esta descripción es también, la misma que se da para un brote psicótico.
 
Toda posesión exige (según la iglesia y salvo en los casos de maleficio) haber dejado abierta la puerta a la misma, bien por haber participado en algún tipo de ritual esotérico (vudú, oüija , espiritismo) bien por frecuentar algún lugar susceptible de infestación como pudiera ser un cementerio. Este último aspecto también se presenta en el perfil de El Matamendigos. Recordemos que el paradigma de endemoniado en la Biblia, lo fue el gadareno, en el que habitaba una legión de demonios. El gadareno moraba en los sepulcros y se caracterizaba por tener una fuerza descomunal hasta el punto de que se hallaba encadenado a los mismos. Al llegar él a tierra, vino a su encuentro un hombre de la ciudad, endemoniado desde hacía mucho tiempo; y no vestía ropa, ni moraba en casa, sino en los sepulcros. Lucas 8:26-39 (Reina Valera 1960) Y cuando Él salió de la barca, enseguida vino a su encuentro, de entre los sepulcros, un hombre con un espíritu inmundo, que tenía su morada entre los sepulcros y nadie podía atarlo ni aun con cadenas, porque muchas veces había sido atado con grillos y cadenas, pero él había roto las cadenas y destrozado los grillos, y nadie era tan fuerte como para dominarlo. Y siempre, de noche y día, andaba entre los sepulcros y en los montes dando gritos e hiriéndose con piedras. Marcos 5:1-20 (Reina Valera 1960)
 

Sin embargo, y esto es muy importante, y hay que dejarlo muy claro, que los casos de posesión no responden ni mejoran con tratamiento médico, y Francisco García, en Fontcalent y aplicándosele la medicación adecuada, si dejó de manifestar su perfil agresivo.

(Esta era la casa de Anneliese Michel otro de los casos de presunta posesión más controvertidos de la historia respecto al origen psiquiátrico o espiritual de su estado, ciertamente nunca pudo aclararse. Foto extraída de https://commons.wikimedia.org/wiki/File:Anneliese_Michel_Villa.jpg)
 
Para poder hablar de posesión siempre hay que partir de que la diferencia entre una posesión y un trastorno mental es simple, el endemoniado no va a reaccionar al medicamento. Y Francisco, una vez internado, dejó de matar aunque también es cierto que como consecuencia del tratamiento, que para este tipo de enfermos es realmente duro, su voluntad llegó a ser anulada. (y la posesión o la influencia solo pueden manifestarse sobre la voluntad) Para que os hagáis idea de ello os dejamos con la explicación que da uno de estos enfermos, en una carta sobre los efectos que le estaba produciendo el tratamiento:

“Yo he tomado risperidona y abilify y me preocupa que me dejen jodido para toda la vida… estoy en tratamiento por tener síntomas de esquizofrenia y dos brotes psicóticos… he notado que te anulan como persona. Cuando me acuesto escucho voces desde dentro de la cabeza que me dicen tonterías que a veces casi no se oyen. Y por si alguien le interesa no me drogado en la vida y he bebido en ocasiones puntuales solo”.
 
Por lo tanto nuestra primera conclusión es que Francisco García Escalero era un enfermo afectado de brotes psicóticos. Aunque la sentencia habla de esquizofrenia, los brotes psicóticos son una patología diversa a la misma, con puntos en común. Los brotes psicóticos suponen una ruptura de la realidad de forma temporal, ocasionados bien por consecuencia de un estrés elevado y mantenido en el tiempo (los llamados “días de furia”) o alternativamente por el consumo habitual de drogas que contengan principios alucinógenos, que sería el caso que nos ocupa. Esquizofrenia y brote psicótico en muchas ocasiones se usan como sinónimos porque sus síntomas son muy parecidos, básicamente la diferencia estaría en que la esquizofrenia es una forma de psicosis de larga duración, mientras que el brote psicótico sería una manifestación abrupta de lo que se sería la sintomatología de la esquizofrenia, durante un breve periodo de tiempo. Y la manifestación típica de un brote psicótico es la alucinación, que como nos define el Doctor José Miguel Gaona Cartolano, es “Una percepción que no responde a ningún estímulo externo, si bien la persona la siente como real. Se distingue de la ilusión en que estas son percepciones distorsionadas de una realidad que existe”. Y dentro de las alucinaciones son las de tipo auditivo (como las que sufría Escalero) las más frecuentes frecuentes en psicosis y en la esquizofrenia. Dicho lo anterior y sabiendo que la esquizofrenia es una enfermedad muy frecuente en la mendicidad, (se calcula que hasta un 80% de los indigentes sufre algún tipo de trastorno mental, así por ejemplo nos lo explica Adamed tv, en su web dedicada a información sobre esquizofrenia, trastornos bipolares y adicciones, también es cierto que ni remotamente un 80% de los indigentes acaba dando el salto que lo convierte en un asesino. En el caso del matamendigos, el detonante de los brotes psicóticos que acababan llevándole a asesinar, tenía su origen en la combinación de alcohol y rohipnol. El rohipnol ( nombre comercial del flunitracepam) es conocido como una de las “drogas de club”, son utilizadas por ejemplo en las fiestas “rave” para entrar en un estado de trance, y además como otras benzodiacepinas, puede producir amnesia anterógrada, en la cual los individuos no recuerdan los eventos que experimentaron mientras se encontraban bajo la influencia de la misma. En combinación con el alcohol, provoca efectos justamente contrarios a los que se prevén para la misma, en lugar de sedación, agresividad. Con este “ritual tóxico”, Escalero eliminaba los escasos mecanismos de inhibición que tenía y abría las puertas a sus “demonios”, esto es a sus impulsos necrófilos. 

(Imagen de archivo de García Escalero, El Matamendigos, las similitudes físicas con «El Arropiero e incluso algunas «coincidencias» en sus biografías, resultan ciertamente inquietantes en ambos casos)

 

Precisamente su perfil necrófilo nos suscita alguna duda más sobre si estamos ante una simple enfermedad o si en el subyace algún tipo de influencia maligna, (remarcamos, no hablaríamos de posesión sino de una influencia maligna para condicionar la aparición de este trastorno de la conducta) Como aclara Erich Fromm en su obra “Anatomía de la destructividad humana”,- los asesinos necrófilos se diferencian del resto de los asesinos en que su motivo no es la ganancia, los celos o el desquite. El objetivo real del asesino necrófilo no es la muerte de su víctima, (que es, claro está, condición necesaria), sino el acto del desmembramiento.- Fromm la define como “la atracción apasionada por todo lo muerto, corrompido, pútrido y enfermizo, es la pasión por transformar lo viviente en algo no vivo, de destruir por destruir. Es la pasión de destrozar estructuras vivas” Con carácter extraordinario, Alfredo Venturini, Jefe del Servicio de Recursos e Instituciones de salud de San Juan de Puerto Rico llega a reconocer respecto a ciertas patologías mentales extremas   lo siguiente: «Respecto a la posibilidad de que la religión pueda darle otra lectura, hay eventos que uno puede observar y no puede darle explicación científica, suceden y pueden ser parte de fenómenos que no están al alcance de la medicina explicar”. La necrofilia tradicionalmente se ha tratado como una parafília rara, esto es como una desviación de la conducta sexual, lo cual si estaría en el ámbito de la enfermedad, pero en su otra versión, menos común, la no sexual centrada en las destrucción de todo lo vivo, se trata más bien de un impulso compulsivo en el carácter que hasta para los propios médicos tiene una muy difícil explicación.

Evidentemente, no puede asumirse una posición parecida a la de los habitantes del siglo I de nuestra historia en la que todo lo que no se podía entender se atribuía a los demonios. Toda enfermedad mental se debe a causas naturales mientras no se demuestre lo contrario y esa es sin duda la regla general. Excepcionalmente, pueden producirse casos de influencia, que es un fenómeno en el cual un demonio, sin llegar a poseer el cuerpo de la persona le induce de forma compulsiva a determinados vicios o pensamientos obsesivos. En las personas afectadas por influencia demoniaca es habitual encontrar algún síntoma ligero de afectación a nivel físico (como sucedía en el caso de Escalero, que padecía estrabismo y tartamudeaba). Ni de forma remota estamos sugiriendo que ser estrábico o tartamudo implique ser objeto de influencia demoníaca. Simplemente estamos poniendo de manifiesto que estamos ante un asesino necrófilo en el que se manifiestan estos síntomas que podrían coadyuvar con la hipótesis de una presunta influencia demoníaca. Casi todos los estudios que se han efectuado en relación con la necrofilia admiten que no hay una explicación clara para explicar cuál es el mecanismo que la origina. Y además se centran siempre en la modalidad de necrofilia sexual, no de necrofilia destructiva, que es la que afectaba a Escalero. En un artículo publicado en la Revista Americana de Psiquiatría, los doctores Jonathan Rosman y Philip Resnick, tras analizar 122 casos de necrofilia , llegaron a la conclusión de que la psicosis , el retardo mental o el sadismo no son disparadores de la necrofilia. El motivo más común que encontraron para justificar esta parafília fue la de escoger un compañero sexual que no muestre rechazo ni resistencia, encontrando algunas coincidencias en personas que por haber sido violadas en su infancia solo podían acercarse a la sexualidad con un cuerpo incapaz de reaccionar. Pero Escalero dejó claro que esa no era su pulsión. “Y es que yo ya no siento apetito sexual ni con vivas ni con muertas, ni que vaya con travestis ni nada, ya no puedo hacer nada». Su pulsión era la muerte, y el posterior desmembramiento del cuerpo que antes tuvo vida. Los escasos mecanismos de control de ese impulso necrófilo se anulaban cuando se intoxicaba con la mezcla de pastillas y alcohol (en algún caso, como hemos apuntado parece que incluso antes) y es cuando acababa decapitando, eviscerando y apuñalando. ¿Entraba en un estado alterado de conciencia (EAC) en el que sus demonios interiores actuaban con libertad? Retomando nuevamente al Doctor Gaona (Al otro lado del túnel, editorial la esfera de los libros) debemos recordar que para entender lo que es un estado alterado de conciencia debemos comprender previamente que lo que llamamos realidad no es otra cosa que un constructor de estados mentales. Los humanos almacenamos nuestras vivencias en bloques asociados a emociones y con ellos vamos generando de modo inconsciente un modelo del mundo que nos rodea al que llamamos realidad. Día a día nuestra mente va retomando esa combinación de entradas sensoriales construyendo un modelo de actuación “adecuado” a eso que hemos denominado “realidad”. Sin embargo, en determinados momentos, como por ejemplo bajo el efecto de drogas, ese modelo puede resultar profundamente alterado. En esos estados alterados de conciencia todo lo que en apariencia es imaginario, y que obviamente sucede en la mente, parece real y no solo real sino incluso más real que el mundo cotidiano. No podemos aquí sino acordarnos de las palabras del Demian, de Herman Hesse:  “No hay más realidad que la que tenemos dentro”.

El niño Escalero escapó de su casa en la que sufría el castigo de su padre para refugiarse en el cementerio de la Almudena. Desde ese momento la muerte le acompaño de por vida, se convirtió en su realidad y quedó cada vez más apegada a su conducta. No tenemos una explicación clara de porque fue así y lo más perturbador, fue capaz de seguir matando a pesar de que intento que se le detuviera para no seguir asesinando. Su muerte fue otro misterio, Pérez Abellán, en su artículo publicado en “Libertad Digital” el 10/09/2015 bajo el título “El hueso de ciruela”, también lo pone de relieve. La versión oficial fue atragantamiento pero existieron dudas sobre si su muerte fue por causa violenta. A vosotros los lectores que nos habéis acompañado a lo largo de este trabajo, os corresponde sacar vuestras propias conclusiones.  Nos despedimos ya. Hace ahora un año, (el viernes 26 de diciembre de 2014), los miembros de Grupo Alpha visitábamos el Cementerio de la Almudena. Esa tarde comenzaba a forjarse el proyecto que ahora os presentamos. El sábado día 26 de diciembre de 2015, exactamente un año después hemos concluido nuestro artículo, aunque todavía quedó pendiente la dura parte de la maquetación y edición de videos y fotos. Un año de duro trabajo, visitando distintos enclaves para realizar nuestra tarea de investigación y robando tiempo para consultar las hemerotecas (El País, El Mundo, ABC, La vanguardia). Un año leyendo y repasando bibliografía , desde nuestros queridos Fortea, Pérez Abellán y Gaona hasta Erich Fromm , pasando por García Andrade y sin olvidar tampoco la revisión de distintas publicaciones jurídicas. En el camino como dice José Ovejero en el prólogo de su obra “libro del descenso a los infiernos”, nos hemos dejado “jirones de nuestra piel”. Un personaje de difícil comprensión, para algunos locos rematado, para otro poseído, e incluso alguna opinión llego a catalogarlo de genio criminal a la altura de Aníbal Lecter. En cualquier caso, el lado oscuro del Madrid de los 80 (años en los que como nos cuenta Xavier Gassio, “Éramos felices y todo era una fiesta”… Y recordar la gran verdad que dejó sentada Jesús Quintero, tras entrevistar a este personaje en su programa “Cuerda de presos” Nosotros no venimos para alimentar al monstruo. Estamos aquí para descubriros una cara oculta de la realidad, las líneas de sombra de la condición humana .

 

Tags: asesinatosASESINOSFranciscoGarciaEscaleroGRUPOALPHAHISTORIAINVESTIGACIONMadridmatamendigosPSICOKILLERpsicopatas
Previous Post

Ruta del Matamendigos 4

Next Post

Gandesa y Coll del Moro

Next Post
Gandesa y Coll del Moro

Gandesa y Coll del Moro

[custom-facebook-feed]
[custom-twitter-feeds]
[instagram-feed]
  • CONTACTO
  • DIVULGADORES MISTERIO
  • DESPAREJADOS
  • WELLTHY111

© 2025 JNews - Premium WordPress news & magazine theme by Jegtheme.

Gestionar consentimiento
Para ofrecer las mejores experiencias, utilizamos tecnologías como las cookies para almacenar y/o acceder a la información del dispositivo. El consentimiento de estas tecnologías nos permitirá procesar datos como el comportamiento de navegación o las identificaciones únicas en este sitio. No consentir o retirar el consentimiento, puede afectar negativamente a ciertas características y funciones.
Funcional Siempre activo
El almacenamiento o acceso técnico es estrictamente necesario para el propósito legítimo de permitir el uso de un servicio específico explícitamente solicitado por el abonado o usuario, o con el único propósito de llevar a cabo la transmisión de una comunicación a través de una red de comunicaciones electrónicas.
Preferencias
El almacenamiento o acceso técnico es necesario para la finalidad legítima de almacenar preferencias no solicitadas por el abonado o usuario.
Estadísticas
El almacenamiento o acceso técnico que es utilizado exclusivamente con fines estadísticos. El almacenamiento o acceso técnico que se utiliza exclusivamente con fines estadísticos anónimos. Sin un requerimiento, el cumplimiento voluntario por parte de tu proveedor de servicios de Internet, o los registros adicionales de un tercero, la información almacenada o recuperada sólo para este propósito no se puede utilizar para identificarte.
Marketing
El almacenamiento o acceso técnico es necesario para crear perfiles de usuario para enviar publicidad, o para rastrear al usuario en una web o en varias web con fines de marketing similares.
Administrar opciones Gestionar los servicios Gestionar {vendor_count} proveedores Leer más sobre estos propósitos
Ver preferencias
{title} {title} {title}
No Result
View All Result
  • INICIO
  • QUIENES SOMOS
  • MITOS Y LEYENDAS
  • ACTUALIDAD E INVESTIGACIÓN
  • HISTORIA Y CIENCIA
  • PERFILES Y BIBLIOTECA ALPHA
  • CONTACTO

© 2025 JNews - Premium WordPress news & magazine theme by Jegtheme.