Impacientes por comenzar a indagar sobre el origen y los enclaves que dieron lugar a dicha «leyenda negra» y también por descubrir la realidad de todo aquél auténtico fenómeno de masas, decidimos encaminarnos en esta ocasión al que fue sin duda el epicentro de todo aquello en nuestro país, nos dirigimos hacia Zugarramurdi, con la intención de sumergirnos en su famosa «Sorginen Leizea» (Cueva de las brujas), entramos en la mismísima «Catedral del diablo» para dejarnos atrapar por su magia, por esa energía que la convierte en un lugar tan especial y como no, para compartir con todos vosotros la historia real de este hermoso rincón…
No nos extenderemos demasiado en este punto, pues es de sobra conocido todo lo que sucedió en el auto de fe que los inquisidores de Logroño llevaron a cabo, destacaremos en ese aspecto la extraordinaria labor del impresor y cronista Juan de Mongastón, sin duda alguna, la persona gracias a la cual hoy conocemos todos los detalles de aquel proceso y cuya biografía os invitamos a descubrir. Más de trescientas personas fueron inculpadas a causa de la «ola de pánico» desatada en la zona (sin duda influenciados por las teorías y la represión que De Lancre había ejercido desde años antes en la zona de Labourd), finalmente hasta cuarenta personas serían llevadas a Logroño el 8 de junio de 1610. El proceso fue tan amplio que aquel «auto de fe» se prolongaría por dos días, hasta que por último el ocho de noviembre de aquel año los brujos y brujas de Zugarramurdi recibieron su sentencia. Dieciocho personas fueron «reconciliadas» tras confesar sus culpas y pedir misericordia. No obstante, siete personas murieron finalmente en la hoguera junto con otras cinco que fueron quemadas en «efigie» pues ya habían fallecido con anterioridad. Cuatro años después de todo aquello, gracias a la acción práctica del inquisidor Alonso de Salazar y Frías se comprobó que en realidad no hubo ningún motivo para llevar a cabo dichas condenas, fue en definitiva un acontecimiento aterrador, sin ninguna base mas que la superstición y la irracionalidad reconocido finalmente por el propio Consejo de la Suprema inquisición. Vaya pues desde estas humildes líneas nuestro más sincero y cariñoso homenaje en pos de la memoria y la honorabilidad de todas y cada una de aquellas personas.
Si algo nos llamó también poderosamente la atención de Ziga fue su iglesia parroquial, construida a finales del siglo XVI su extraordinaria fachada de estilo herreriano deja perplejo al visitante, más aún, cuando descubrimos que dicho templo está dedicado a San Lorenzo. No deja de ser interesante que en una zona donde tan marcada está la huella de lo brujeril y lo esotérico, hayan dedicado una iglesia precisamente a un mártir que murió quemado vivo en una parrilla…
Una vez ordenado y puesto a punto todo nuestro material, nos encaminamos directamente hacia nuestro objetivo, las mágicas cuevas de Zugarramurdi, un enclave del que como ya hemos mencionado se han contado innumerables leyendas (pocas con una base real) y del que esperamos obtener datos reveladores que nos den alguna pista acerca de lo que sucedió allí realmente.
Cuando descendemos por primera vez el tramo de escalones que nos lleva hasta el interior de la «Sorginen Leizea» (Cueva de las brujas) todos los miembros del grupo tenemos casi al momento la misma sensación… el lugar es realmente increíble, mucho más grande de lo que uno se puede imaginar… una auténtica «catedral» sin duda alguna, aunque no precisamente de «El Diablo», por más que algunos se empeñan en denominarla de esa manera.
Allí, junto a la entrada de otras dos cuevas de mucho menor tamaño (donde se dice que preparaban el famoso «unto» de las brujas) pusimos en marcha uno de nuestros dispositivos favoritos y en esta ocasión, tal y como podéis escuchar, si que obtuvimos algunas respuestas.
Queremos enviar desde aquí un fuerte abrazo con todo nuestro cariño y agradecimiento a Mertxe y Julián, propietarios de la Zigako Etxezuria por hacer que nuestro viaje por tierras del Baztán fuera todavía más hermoso. Volveremos seguro amigos.