En el número 8 de la Calle Arenal de Madrid, se encuentra uno de esos lugares mágicos que tanto nos fascinan. A simple vista parece un “portal” más de esta ruidosa ciudad, pero cuando nos adentramos en el interior de este edificio concreto, subimos las escaleras hasta la primera planta y nos topamos con la entrada a “La casa del ratoncito Pérez”, es imposible resistir la emoción. Los niños de todo el mundo han soñado con este ratón alguna vez en su vida, probablemente, sea uno de los mitos más universales que existen. Con pequeñas variaciones en su “modus operandi” y en su nombre (el hada de los dientes, la petite souris, Topolino, l’Angele o Maritxu teilatukoa son solo una pequeña muestra de los apodos por los que se le conoce ), su historia es conocida en todos los rincones del globo. Por eso, cuando entramos en este pequeño museo y la persona que lo cuida nos atiende con una gran sonrisa, no podemos evitar retroceder hasta nuestra propia niñez, cuando éramos nosotros los que llenos de ilusión, depositábamos nuestros pequeños incisivos debajo de la almohada, con la esperanza de encontrar algún regalo del diminuto ratón justo a la mañana siguiente.
Sin duda la historia de este pequeño ratón, de este mito, es realmente curiosa y desde luego muy antigua
Fue en el 1894, cuando gobernaba Doña María Cristina de Habsburgo-Lorena, (Doña virtudes) segunda mujer del Rey Alfonso XII y viuda de éste, cuando el futuro rey Alfonso XIII (muy mimado y débil de salud) perdió su primer diente…
Tratando de atenuar en lo posible el trauma que el infante sufriría a tenor de lo acontecido, Doña María Cristina decide entonces encomendar la creación de una pequeña y divertida historia para que su pequeño supere la caída de ese diente de la mejor manera posible. Para dicha tarea piensa en un famoso novelista de la época, miembro de la «compañía de Jesús» y afín a la corona, que no es otro que el padre Luis Coloma Roldán.
Coloma (Jerez, 1851-1915), imagina entonces un personaje llamado Rey Budy (que era el apodo que la reina daba al pequeño Alfonso XIII) en la historia, este personaje (un niño de características físicas muy similares a las del propio infante) pierde un diente, escondiéndolo debajo de su almohada junto con una carta dirigida a un misterioso personaje llamado “el ratoncito Pérez”, esa misma noche el ratón hace una visita a Budy iniciándose entre ellos una bonita amistad.
El propio Budy recorre con Pérez la ciudad, visitando el hogar del roedor (situado en la Calle del Arenal 8, donde conoce a toda su familia) y acompañando al mítico personaje en su «particular» búsqueda de incisivos. El cuento, de apenas 13 paginas, contiene además una importante lección «moral» para el pequeño Alfonso XIII, ya que en su recorrido Pérez y Budy visitan el hogar de personas realmente desfavorecidas haciéndole ver al futuro monarca que no todo el mundo vive como él ni tiene sus mismos «caprichos».La historia como podéis ver no puede ser más interesante. El cuento evidentemente fue todo un éxito llegándose a publicar incluso versiones en japonés hace no demasiados años.
Lo cierto es que como hemos comentado, en nuestro particular recorrido por la «casa del ratón», no pudimos por menos que sentirnos como auténticos niños. Agacharnos para observar «las oficinas del ratón» situadas justo debajo del buzón de correos donde recibe todas nuestras cartas, recorrer cada pequeño rincón de su morada y desde luego, buscar cualquier indicio de este roedor paseando por la zona, fue de lo más entretenido. Al respecto de esto último debemos señalar que la persona encargada del cuidado de esta hermosa colección, a la que por cierto queremos darle las gracias de todo corazón por la amable atención que nos prestó, nos narraba llena de ternura como los pequeños que visitan el museo, en algunas ocasiones, corretean emocionados detrás de algún ratón que aseguran haber visto. Sea cierto o no, la verdad es que este es sin duda un lugar mágico que no debéis dejar de visitar.